¿Qué pasa cuando los equipos dejan de “pelar al jefe”?

“Pelar” es una expresión jocosa para expresar que se van a hacer comentarios sobre una persona o situación que si bien pueden llegar a ser interesantes para el interlocutor (por que le da la oportunidad de “pelar” también), no necesariamente construye o aporta valor para resolver la situación o la inconformidad, por el contrario puede avivar la llama e incrementar las insatisfacción presente.
Hoy traje una pequeña historia de un equipo de trabajo que estaba conformado por cinco personas,
este equipo estaba cansado de trabajar bajo el mandato de su jefe, quien parecía no tener la menor idea de lo que estaba haciendo.
Siempre llegaba tarde a las reuniones, olvidaba citas importantes, no se interesaba por el trabajo de los demás y no daba mucho ejemplo.
Esta situación había estado afectando el desempeño del equipo desde hace un tiempo y así se la pasaban comentando entre los miembros del equipo en cada oportunidad que se reunían y no estaba presente su jefe.
El cambio y lo que no sabía el equipo
Un día, el equipo decidió hablar con el jefe para exponer sus preocupaciones. Lo enfrentaron con honestidad, pero respeto (a esto se le llama ser asertivo).
Explicaron que se sentían desmotivados por la falta de dirección y cooperación, y que la situación los tenía tan frustrados que ya algunos de ellos estaban pensando en cambiar de trabajo.
El jefe, aunque sorprendido, reconoció sus errores y les aseguró que haría un esfuerzo para mejorar.
Sin embargo, la conversación fue tan franca y sincera que el jefe les contó que en estos momentos estaba atravesando por una difícil situación personal que lo estaba afectando física y emocionalmente,
al conocer esto, el equipo empezó a verlo con compasión y de una forma diferente, entendieron muchas de las situaciones y decidieron ayudarle un poco más.
A partir de ese momento, el jefe comenzó a estar más atento a los detalles.
Se aseguraba de leer todos los documentos y estar al tanto de las entregas.
También se esforzó por implementar una mejor comunicación con el equipo, para que todos estuvieran al tanto de los proyectos y objetivos.
El equipo se sintió alentado por el esfuerzo de su jefe y empezaron a trabajar con más entusiasmo.
El jefe también se mostró más exigente con sus trabajadores y exigió resultados más rápidos y de mayor calidad. Esto hizo que el equipo se sintiera motivado y respetado por su jefe.
Pasaron los meses y el equipo se dio cuenta de que habían logrado un gran cambio.
El trabajo se veía más organizado, los objetivos empezaron a cumplirse y el equipo se sentía cada vez más motivado.
El jefe también se benefició del cambio, pues recibió muchos elogios por su liderazgo y el trabajo que había realizado.
En conclusión,
El equipo y su jefe pudieron superar los desafíos al trabajar juntos. Aprendieron que la comunicación y la cooperación son fundamentales para el éxito de un equipo y que el trabajo duro y el respeto a los demás son la clave para alcanzar los objetivos.